2 de junio de 2008

Las señas del Instituto Cervantes muniqués

Por lo que sea: El Consulado de España sito en Múnich, en su página principal que publica en el internet, como señas del Instituto Cervantes en la misma ciudad sigue dando Marstallplatz 7, lo que significa Plaza de cabelleriza no. 7. El nombre de la calle bien se entiende porque asomándose de algunas de las ventanas del edificio hermoso que posee el IC en esta ciudad bien se divisa lo que hace mucho fue albergue de los caballos a disposición de la corte bávara.

Parece que el Consulado no se ha dado o no se quiso dar cuenta de que en 2005 se había cambiado el nombre de aquella calle, rebautizándola Alfons-Goppel-Str. (Calle Alfonso Goppel). Fue rebautizada la calle con motivo del 100 aniversario del nacimiento de Alfons Goppel, político que a pesar de su pasado en época fascista que hizo que le fue negado el acceso como diputado al parlamento bávaro en 1947, llegó a ser jefe del gobierno bávaro desde 1962 hasta 1978.

Aquí un aspecto de la ceremonia del rebautizo de la calle; se ve de frente al entonces jefe del gobierno bávaro (del partido Unión Cristiano-Social, CSU) y de perfil el alcalde de la ciudad (del Partido Social Demócrata, SPD, minoritario en Baviera, pero con mayoría en la capital de Baviera):

Mientras que la alcaldía por lo visto poco problema tenía en cambiar el nombre de "toda la vida" y además políticamente "neutral" de una calle, sustituyéndole por el nombre de un político con una biografía muy propia de aquellas décadas de Alemania, mucha prisa tenía en quitar a otra calle, a la Meiserstr. (Calle de Meiser) su nombre, aunque este nombre fue otorgado a la calle hace pocas décadas, en los años cincuenta.

Hans Meiser fue obispo de la iglesia protestante en Baviera, desde 1933 hasta 1955 (murió en 1956). Y era de un antisemitismo ferviente, no sólo a partir de 1933, sino ya mucho antes de la toma de poder por los fascistas. Todo eso no excluyó que en ciertos momentos se puso en contra del fascismo.

Larga disputa hubo, sobre todo la misma iglesia protestante se pronunció en contra de quitar el nombre a la Meiserstr.; al final parece que hubo acuerdo: propuso la iglesia protestante, al principio tan contraria al rebautizo, que fuese la esposa de Martín Lutero que diera el nombre a dicha calle, y el 19.2.2008 el concejo de la ciudad decidió nombrar Katharina-von-Bora-Str. a esta calle, así haciendo la reverencia a Katharina von Bora, con la cual se había casado Lutero.

Si me preguntáis a mí: No veía ninguna necesidad de cambiar el nombre de estas calles. Por varias razones, y porque al fin y al cabo: casi todas las ciudades alemanas tienen que vivir con calles nombradas (por ejemplo) a Richard Wagner ...

1 comentario:

Cigarra dijo...

Lo de los cambios de los nombres de las calles es un "baile" que todos tenemos que padecer, según quién "haga la música". En Madrid, con el franquismo y su posterior desaparición, tenemos casos de esos a montones. Lo grave es cuando, por motivos políticos, sentimentales, o simplemente de costumbre, las personas mayores siguen utilizando los nombres desaparecidos. Y entonces se superponen dos "ciudades" distintas, la de los nombres que recuerdan los abuelos, y la que viven actualmente los hijos y nietos. En Madrid, según quien hable, la calle Príncipe de Vergara puede ser General Mola; la calle Conde de Peñalver, Torrijos; la Calle de General Diez Porlier, Hermanos Miralles; la Plaza de Manuel Becerra, plaza de Roma. Lo grave es cuando el nombre de la estación de metro "Lista" conserva el antiguo de la calle, que ahora se llama "José Ortega y Gasset". Y el de "Opera" lleva a la Plaza de Isabel II, y así unos cuantos. ¡Un follón para los turistas!