Hoy, día mundial del libro, fue terminada mi estantería nueva capaz de albergar muchos libros, y empezó la tarea de colocar los libros:
Hacía falta poner en casa más estanterías por poco dinero. La solución era el sistema IVAR de IKEA. Pero las tiendas IKEA son hechas para gente con coches, y coche no tengo aquí, de tal forma que hace días me fui en bicicleta a la sucursal de IKEA en Eching que dista por lo menos 30 km de casa. Sí hay otro modo de ir, con S-Bahn (tren suburbano) y autobús, pero como el tiempo era primaveral prefería la bicicleta.
El viaje me hizo pasar por terrenos hasta el momento desconocidos; aquí una toma de lo que se ve cruzando el canal que en 1689 se construyó siguiendo al capricho del monarca que mandaba entonces en estas tierras de Baviera:
Una vez llegado a IKEA, la compra fue hecha rápidamente, porque sabía lo que quería.
El carrito lleno de material para una estantería de 4 x 80 cm de anchura y 226 cm de altura me dirigí después de haber pagado en la caja a la taquilla donde tienes que pedir que to lo lleven a casa.
Dice el señor simpático que me atiende: "¡Esto lo que tiene lo puede transportar en su coche!". Contesto que no he llegado en coche, sino en bicicleta. Procede a tomar mis datos, sobre todo las señas adonde traer las cosas. Dice el señor: "¿Ha venido de tan lejos en bicicleta?" Le digo que sí, y añado, para explicar un poco esta locura, que no hago deporte ninguno, y que me conviene hacerlo así.
Sigue el señor en sus cálculos y al final me dice: "Si de las 28 tablas que tiene compradas, 2 se lleva en la bicicleta, podría ahorrar 20 EUR (teniendo que pagar 49 EUR por el porte en lugar de 69), por el peso. Claro que dije que sí.
Y así me fui con mis 2 tablas, empezando el viaje de regreso de otros 30 km y más, despidiéndome del edificio hermoso que tiene IKEA allí:
Llegué a conocer una carretera como no la he visto desde hace décadas, tal como las conozco de los años cincuenta:
De estas carreteras quedan tan pocas, gracias a la fuerza que tiene el club automovilístico alemán: según él los árboles que acompañan a la carretera hacía falta talar para que los accidentes tuvieran menos consecuencias.
Pero esta carretera quedó como antes. Hay señalización que hay que ir con no más de 60 km/h y en ciertos tramos con no más de 30 km/h, pero prácticamente nadie de los automovilistas hace caso, corre como les da la gana.- Por ello había momentos que iba con miedo, y cuando pude salía de la carretera para ir por calles más tranquilas; de esta forma descubrí un buen sitio para hacer una pausa y para descansar:
... con una cerveza en la mesa, las dos tablas de la estantería apoyadas en un árbol de castaño, cuyos capullos (era un 6 de abril de un año en el cual la primavera tardó en llegar) se podía ver levantando la vista:
Montando la estantería en casa me di cuenta que me faltaban tablas: otro viaje a IKEA hacía falta, esta vez a otra sucursal, y me fui con el transporte público. Es curioso que IKEA dispone de su propia parada de autobús, y cuando llega el autobús se levanta una barrera para darle paso.
Aquí una foto de esta parada, antes de emprender el viaje de regreso; a mano derecha se ve a mi carrito cargado de las 16 tablas que me faltaban:
Después del autobús siguiendo el viaje en el tren suburbano ("S-Bahn"):
Con razón dice el lema que se ve: "Endlich Zeit zum Lesen - S-Bahn fahren!" (¡Al fin tiempo para leer, viajando en S-Bahn!)
1 comentario:
¡Eres un héroe! No se qué me impresiona más, si los 30 km en bicicleta con tablas incluidas, o el otro viaje en tren con una carga considerable. Pero la estantería ha quedado preciosa y me da mucha envidia, tanto sitio para libros. Y descubriste unos lugares muy bonitos. A mi también me gustan las carreteras con árboles, pero aquí también los van quitando todos.
¡Feliz día del libro, aunque ya haya pasado!
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