Tengo buenas experiencias con booking.com, una plataforma para reservar hoteles que de vez en cuando tiene ofertas de hoteles a precios bien rebajados. Así llegué al único hotel que hay en Baixas, una ciudad muy pequeña de casi 2500 habitantes a 14 km al noroeste de Perpiñán (o sea: no tiene nada que ver con las baixas gallegas, pero sí la palabra Baixas viene del catalán ...).
Sita entre viñedos es una ciudad que casi a cada paso deja ver la importancia que tuvo en la edad media:
Los vestigios de la época medieval se mezclan con edificios y tiendas que hacen sentirse un poco como en un pueblo de hace décadas:
Por la tarde, casi a la hora de anochecer, me gusta mucho la vuelta por el centro histórico de la ciudad, a pesar de que casi no veo lo que más esperaba en esta comarca vinícola: un bar para tomar un chato de vino de la tierra.- Lo que me sorprende es la extraordinaria amabilidad de la gente: todos que cruzan mi camino me saludan; de hecho, me sentía muy mal por no responder al principio del mismo modo.
Al fin, ya fuera del centro medieval, veo un bar:
Entro prácticamente a última hora, porque a las ocho cierra. Pero me da tiempo estudiar las fotografías colgadas en la pared. Me entero que hace tiempo hubo comunicación ferroviaria con esta ciudad:
La mañana siguiente paso por el edificio que antaño ha sido la estación, para despedirme de Baixas con un café con leche tomado en el Café de la Gare sin trenes:
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