La bajada de la estación hacia el centro de la ciudad no resultó aburrida:
Incluso encuentro una tienda de las de antes, donde compro pan, queso y vino:
... para poder almorzar a gusto en la orilla del Lac de Neuchâtel:
Después sigo el paseo, subiendo al castillo y contemplando desde allí a la ciudad y al lago:
... hasta que al fin debo subir otra vez a la estación para no perder el tren.
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