Subo a pie a uno de los montes más emblemáticos de las cordilleras no alpinas de Alemania, de 1142 m de altura, llamado Brocken.
Empieza el día con buen tiempo; por eso y por la cuesta ando sudando, no sólo por el sol sino también por los 600 m de subida). La visibilidad es de decenas de kilómetros, o sea una maravilla de excursión.
Poco antes de llegar a la cima (desde luego, de un aspecto poco romántico ...) cambia el tiempo de forma casi dramática: cielo gris, aire frío, y no se ve más lejos que unos muy pocos kilómetros:
A quien no conoce el terreno sorprenderá la cruz a la derecha que avisa de un paso a nivel: ¡Sí hay un tren que sube a esta cumbre!
Y por el tiempo fatal que reina me decido coger el próximo tren que baja al valle, esperando allí la clemencia de un tiempo mejor. Y tengo suerte, entra un tren cuya partida está prevista dentro de poco:
El personal ferroviario acopla la locomotora que debe servir de cabeza del tren:
Esta línea de tren forma una pequeña parte de la red de los Harzer Schmalspurbahnen (Trenes del Harz de vía estrecha):
La línea que sube al monte Brocken cuenta, por razones de atraer al turismo (y por consiguiente con precios más altos que la tarifa normal), casi exclusivamente con la tracción de locomotoras de vapor:
De agua llevan 8 metros cúbicos y de carbón 4 toneladas.
Hora y media o un poco más dura un viaje del Brocken hasta Wernigerode, sito en el margen de la cordillera Harz, atravesando sobre todo bosques de pinos:
En una parada intermedia, entretanto el tiempo ha aclarado un poco, hay tiempo para ver de más de cerca la locomotora ...
... producida hace 57 años en la extinta República Democrática Alemana en la VEB Lokomotivbau Karl Marx (VEB = Volkseigener Betrieb = Empresa propiedad del pueblo - o sea: estatal - de construcción de locomotoras Carlos Marx):
En la estación de Drei Annen Hohne, nudo ferroviario (donde a veces y también en el momento que llegué, coinciden tres locomotoras de vapor) hace falta un transbordo.
Del Brocken en invierno salen diariamente 6 trenes, en verano más. Algunos van directamente a Wernigerode, otros no y obligan por ello a un transbordo justo en esta estación - lo que da tiempo para ver un poco lo que ocurre:
Las plataformas de los vagones, las entradas al vagón y los pasos de un vagón al otro igual como los conocía en los años 50 del siglo pasado:
Sigue el viaje, siempre cuesta abajo ...:
... hasta que el tren al fin llega a su meta, Wernigerode:
Aquí hay correspondencia con la red ferrocarril de ancho normal, cuyas vías se puede percibir al fondo (en las últimas dos fotografías).
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