1 de marzo de 2011

¡No a la olimpiada de invierno 2018 en Múnich!

Durante 4 días una delegación del IOC (Comité Olímpico Internacional) se encuentra en Múnich y sus alrededores para hacerse una idea de la solicitud de Múnich de llevar a cabo en el año 2018 los juegos olímpicos de invierno. Recibe la delegación de un comité de legitimación muy opaca y de orientación comercial hartamente conocida desde los tiempos de su presidente (1980-2001) Juan Antonio Samaranch (convencido franquista hasta el final), los honores normalmente reservados a jefes de estado: por ejemplo un banquete al cual acude desde Berlín la canciller Merkel.

¿Quién quiere que este espectáculo tendrá lugar en la capital bávara? El alcalde de la ciudad (claro, el marketing del municipio lo manda, cueste de millones lo que cueste ...), del partido social-demócrata, y con él la fracción de su partido en el parlamento de su ciudad; el gobierno de Baviera, de los partidos cristiano-social y liberal.

¿Y quién está en contra? El partido Die Linke (La izquierda). El partido Die Grünen (Los Verdes), pero no en todos los niveles: en nivel federal y en nivel de Baviera sí, pero los que forman parte del gobierno municipal están al favor - las ganas de seguir participando en el poder obliga ...

Difícil es saber lo que quiere la población. Hay una campaña fuerte en favor del teatro olímpico, no les falta dinero a los organismos municipales y estatales para promover el evento - medios que faltan a los ecologistas que están velando por el medio ambiente, en una pequeñísima manifestación que hoy tuvo lugar en la plaza central de la ciudad, una hora antes de una reunión de 45 minutos que se les concedía a exponer sus objeciones ante el IOC:


Lo malo es que sólo hay tres ciudades que anhelan albergar al evento en cuestión: Annecy (Francia), Pyeonchang (Corea del Sur) y Múnich. Lo bueno es que por lo que se lee en la prensa la ciudad de Pyeonchang dispone de algunas ventajas que aumentan la esperanza de que Múnich quede salvada.

1 comentario:

Cigarra dijo...

En esta lucha andamos metidos los madrileños. Nuestro alcalde, Gallardón, que ha endeudado al Ayuntamiento para los próximos 50 años, no duda en acometer nuevos gastos desproporcionados para que Madrid sea sede de unas olimpiadas. Como en Munich, muchas personas sensatas, mas o menos de la izquierda y mas o menos "verdes" nos oponemos a ese circo que beneficia mucho a unos pocos y perjudica bastante a la mayoría. Espero que Madrid nunca sea designada, y desde luego nunca durante un mandato de Gallardón.