Exposición fotográfica, por Christoph Reuter y Marcel Mettelsiefen. (El libro de la exposición con fotografías de Marcel Mettelsiefen y textos de Christoph Reuter fue publicado por la editorial Rogner & Bernhard).
Puntos en una pantalla que se mueven: Eso era todo lo que el coronel Georg Klein la noche del 3 de setiembre de 2009 vio de aquellos que se hacinaron alrededor de dos camiones cisterna que horas antes fueron secuestrados por talibanes.Al comienzo de la exposición fue expuesto un mapa, que a mi parecer aporta un poco a poder entender lo que pasó:
¿Pero quiénes eran los puntos? ¿Talibanes? ¿Civiles? ¿Hubo en esta zona de guerra civil la posibilidad de distinguir entre ellos?
Un informante hizo saber: ¡Todos talibanes! Klein tomó la decisión al bombardeo. A la 1:50 h de la madrugada dos tremendas detonaciones despedazaron camiones, personas.
¿Pero quiénes eran los muertos? Un escándalo tenía su inicio, un ministro, un subsecretario, el general supremo cayeron. La OTAN elaboró un informe de investigación. Pero también éste hizo constar nada más que hubiese habido "entre 17 y 142 muertos."
Por ello empezó el seguimiento de huellas: ¿Qién exactamente murió? ¿Cuántos? ¿Qué hicieron en aquella noche? No se trata de declararles a todos post mortem a buenos hombres. Pero seres humanos, eso sí eran.
A lo largo de la preparación de esta exposición el Viernes Santo (del 2010) fueron matados en una emboscada de los talibanes tres soldados del ejercito alemán. El 15 de abril (de 2010) cayeron cuatro soldados por disparos al sur de Kunduz.
En esta exposición quedan documentadas las pesquisas de quiénes fueron matados el aquel 4 de setiembre en el lado afgano. La cuestión de la parcialidad se presenta inevitablemente. Pero lo que queremos no es la glorificación de la realidad, sino su percepción completa: ¿Qué es en su esencia lo que ocurre en Afganistán? ¿Cuál es la meta que el ejercito alemán puede o debe alcanzar allí, habiendo escasez de medios de reconocimiento, de equipo de vuelo y de personal? Una tropa que jamás fue equipada para una guerra que nunca tenía que emprender. Y en el cual ahora se ve metida tanto más brutalmente. Durante mucho tiempo el gobierno alemán no ha querido saber muy detalladamente de qué forma dramática la situación en Afganistán está cambiando, ha evitado el debate público en Alemania sobre este tema.
Esta ignorancia lleva parte de la culpa por los muertos en ambas partes. Y a ésta sí hay que dejar atrás.
Queda documentada cada víctima del bombardeo con lo que se sabe o se pudo averiguar de cómo pasaron aquella noche del 3 al 4, más un retrato de su padre (de hecho, no me acuerdo de haber visto la fotografía de la madre de una de las víctimas):
Guladin, de 13 años
Hijo de Dschomaladin, de la aldea de Hadschi Amanullah, alumno del cuarto.
Por lo que se sabe hacia la 1:30 h ha escapado con dos amigos y con su burro, llevando consigo dos bidones de 5 litros.
Dice su tío que cuando encontraron a su cadáver, hubiera sido "un poco completo". Pero sobre todo le hubieran reconocido por el burro muerto que estuvo tumbado al lado de ellos: "A éste le había regalado a él."
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