Estando la primera vez en Zaragoza tengo interés en familiarizarme un poco con la ciudad. Por la tarde ya muy avanzada salgo a dar un paseo. Paso por la Basílica del Pilar, a pesar de que nunca sentía mucha atracción por ella, por demasiado de hispanidad relacionada con ella; entro, pero no me quedo mucho. A continuación cruzo el río Ebro por el Puente de Piedra y me dirijo a la derecha, río abajo.
Mirando atrás (hacia oeste, río arriba) la Basílica del Pilar sí ofrece cierto encanto, y más a esta hora de la tarde:
Mirando al otro lado (hacia este, río abajo) diviso un puente que me llama la atención, el Puente del Pilar:
Por este puente vuelvo a la otra orilla, e inevitablemente llegan a la mente recuerdos a Hamburgo:
Y viendo desde este puente se ofrecen aspectos aún más encantadores de la basílica tan famosa:
No hay comentarios:
Publicar un comentario