El motivo principal de mi excursión de un día a Burgos ha sido ver lo que ha quedado de la vieja estación ferrocarril y de descansar un poco del idilio rural. Así que pasé de largo del gran monumento que es la catedral y me dediqué a otros aspectos de la ciudad:
Todavía no conocía la red de los carriles de bicicletas, de color rojo:
Desde luego, demasiado estrechos son; porque lo que se ve son carriles que deben servir para ambas direcciones.
Pero lo que cuenta es la intención, y esa es buena, y me parece que lo que hay de infraestructura ciclista sí encuentra aceptación, o sea hay bastante gente que se mueve en bicicleta, tanta como hasta este momento no he visto en otra ciudad de España.
Burgos en vísperas de sus fiestas, como hace saber esta pancarta gigante colgada en una fachada de la Plaza Mayor:
Alejándome más de los puntos en los cuales se concentra el interés de los turistas, en la calle San Juan topé con el bar München:
Y como la tarde era calurosa entré para tomar una caña.
Es curioso ver como representan aquí en las pinturas murales a las costumbres bávaras alrededor de la cerveza:
Casi en frente de este local hay otro que rinde homenaje a la cerveza Kölsch de Colonia ... - pero estaba todavía cerrado, de tal forma que esta tarde tomé una caña menos de lo que apatecía con el calor que hacía:
Antes de volver a la estación (a la vieja) para tomar más fotos con el sol de la tarde compré en esta óptica unas gafas de leer porque por la mañana había olvidado mis gafas bien graduadas en el coche que me había llevado a Burgos:
Atendido de forma amabilísima me fui con unas gafas con las cuales podía leer perfectamente, y que me costaron sólo 27 EUR; me pregunto porque mis gafas individualmente bien graduadas habían costado en su momento 400 EUR ...
1 comentario:
Porque los opticos son unos "cantamañanas"...
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