En algunos pueblos de los alrededores de Maderuelo quedan reducidos viñedos, como por ejemplo en Mazagatos:
Dos días, pero sólo la primera mitad de la jornada, trabajé en la recolección de las uvas, para conocer este trabajo, y sin pago y sólo con el derecho a comida y bebida (vino de la cosecha de años anteriores).
No he contado los contenedores que llegué a llenar así:
... pero sí me di cuenta que todos los demás alrededor de mí los llenaron en menos tiempo.
El novato se ve enfrentado a algunas dificultades: cortar con tijeras especiales no sólo los racimos a la vista, sino también los que se encuentran escondidos detrás de las hojas. Decidir qué racimos tienes que tirar al suelo por no aportar al buen sabor del vino: sólo las uvas bien negras valen, mientras los racimos en los cuales hay una parte considerable de uvas ligeramente rojizas hay que eliminar; ese criterio se ve justificado al probar dichas uvas: las no bien negras saben de hecho menos dulces.- Que el tiempo en esa época del año ya no es el más estable, sino oscila entre un frío notable y un calor fuerte cuando vence el sol, sí se sabe de antemano. Pero que hay cientos de abejas ávidas del zumo de las uvas que te acompañan en tu trabajo, eso causó cierto temor en mí, por la reacción fuertemente alérgica que a raíz de una picadura experimenté hace un año; pero menos mal, no pasó nada: a lo mejor las abejas se sentían bien satisfechas por el zumo de uvas abundante y por ello no atacaban a personas.
Después de 2 horas de trabajo, aproximadamente, agradecía el llamamiento a la pausa del almuerzo. Las filas de las parras quedaron un rato sin nosotros los vendimiadores:
... que tomando pan con jamón y queso y bebiendo buenos tragos de vino cogieron fuerza para poder continuar la labor:
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