Pero oyendo hoy en Radio Nacional de España una entrevista con Carlos Espinosa de los Monteros me di cuenta de la base institucional fuerte que tiene la bobada: En junio/julio el gobierno español creó un Alto Comisionado de la Marca España, nombrando como director a Carlos Espinosa de los Monteros. Sin pagarle nada a él - pero forma parte de su Alto Comisionado un equipo que sí recibe remuneración.
En los tiempos de crisis en los cuales se recorta a todos los gastos, empezando en sanidad y pasando por educación y no terminando en cierre de bibliotecas, extraña la creación de este ente que al fin y al cabo no tiene otra tarea que la que tienen ya tanto la diplomacia del país así como también el Instituto Cervantes y algunos organismos más.
Sobre todo ante la queja que está al orden del día: de la duplicidad de funciones a raíz de la estructura no estrictamente centralista del país llama la atención que aquí viene introducida otra duplicidad.
Escuchando la entrevista con el jefe del organismo reciéntemente creado (¡vale la pena de oír sobre todo los primeros 11 minutos!) palabras claves con las cuales se posiciona Espinosa de los Monteros me parecen ser las siguientes:
Sin duda la persona que más hace por la Marca España fuera de las fronteras es el rey. El prestigio de nuestro rey fuera de España es elevadísimo.Pero mientras esta expresión de monarquismo nostálgico más bien causa una sonrisa ante el desprestigio al cual la casa real actualmente se ve enfrentada por lo menos en España (quizás menos en el extranjero por no saber tanto de lo que rodea a la casa real), las siguientes frases del señor defensor de la Marca España merecen rechazo contundente:
El trabajo de los deportistas es un trabajo muy importante porque sirve para algo que a lo cual yo doy mucha importancia que es para que se despierte y se manifieste y exteriorice un sentimiento de orgullo de pertenencia al país que está de algunas maneras latente en muchísimos españoles pero que está oculto y cuando se produce algún éxito deportivo como los que hemos vivido últimamente ... pues manifiesta a través de una exteriorización de ese sentimiento de pertenencia, de orgullo de ser español que es fundamental para vender después a los extranjeros la Marca España.Este afán de reavivar el orgullo de ser español me parece inaceptable, igual como lo fuere el intento de reavivar el orgullo de ser alemán o el orgullo de ser luxemburgués (etc.).
¿No son la pasión por la nación igual como la pasión por la religión los males que actualmente más daño causan al mundo?
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